jueves, 14 de junio de 2012

¿Cuándo deben empezar los niños a usar el ordenador?


Si hay algo que tenemos claro los adultos, es la gran capacidad de aprendizaje que tienen los niños en lo que respecta a las nuevas tecnologías, en ocasiones podemos sorprendernos viendo como se desenvuelven utilizando cualquier aparato electrónico. Esto es algo normal y no sólo pasa con la tecnología, hay que tener en cuenta que los niños se encuentran en una etapa en la que todo es nuevo para ellos y su afán de explorar y aprender no tiene límites, por eso no nos debe sorprender que desde una temprana edad los niños tengan curiosidad por toquetear nuestro ordenador.
Los ordenadores pueden resultar muy beneficiosos para el desarrollo de los niños, pero siempre teniendo en cuenta la moderación y las medidas de control y seguridad oportunas. Un ordenador no debe ser el centro de atención, hay que tener en cuenta que el niño necesita relacionarse con otros pequeños de su misma edad, jugar en el parque mientras todo lo que tiene alrededor le llama la atención, sin que un ordenador pueda sustituir todas estas actividades.

Observar y aprender

No hay una edad específicamente recomendada para que los niños comiencen a tener contacto con el mundo informático, todo dependerá de la personalidad y el desarrollo de cada uno. Todo depende del desarrollo de cada niño y, sobre todo, de nuestro estilo de paternidad. Es obvio que antes de los dos años es complicado que puedan jugar con ordenadores, ya que su capacidad motora aun no está preparada para sentarse frente a un ordenador y “enredar” con él.
Lo habitual es que a partir de los tres años comiencen a utilizar ordenadores infantiles y programas y juegos informáticos para niños y, pasados los cinco, siempre bajo la supervisión de sus papás, comenzar a manejar Internet.
A los niños les llama mucho la atención como sus padres manejan el ratón del ordenador, pero lo que les divierte muchísimo es el sonido y el uso del teclado.

Sin dejar otras actividades

Como casi todo, el ordenador es bueno pero con medida, ya que fomenta el sedentarismo o problemas en el desarrollo de la vista, la motricidad e incluso del lenguaje si sobreexponemos a nuestros pequeños al uso de este aparato.
Por eso, es necesario que se vigile el tiempo que los pequeños le dedican al ordenador. Según se van haciendo mayores el interés será cada vez mayor, así que habrá que establecer ciertas normas. Según muchos especialistas el máximo debería ser una hora diaria.
Para evitar que a la larga puedan surgir problemas, el trabajo de los papás será el de ir poco a poco guiando a los niños en el uso de los ordenadores. La comunicación que se establezca entre ambos puede resultar indispensable para que esta tarea se lleve a cabo de forma correcta.

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